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Reapertura del Camino desde Valencia

jjsierrahdez

Actualizado: 7 jul 2020

El reinicio de las peregrinaciones por el Camino de la Lana desde Valencia después del confinamiento


Casa del peregrino de Requena

Mucha gente se estará preguntando cuándo podrán retomar sus planes de iniciar la peregrinación jacobea, después del largo período de confinamiento debido a la pandemia del Covid-19 y a la posterior transición a la ‘nueva normalidad’. Además, de cara al verano habrá muchas más personas con el tiempo libre suficiente y las ganas de poner rumbo a Compostela, sobre todo teniendo en cuenta que este año la primavera ha sido inhábil a estos efectos.

El primer factor a tener en cuenta es la movilidad entre provincias. En el caso del Camino de la Lana desde Valencia, esto parece que será posible a partir del día 15 de junio, ya que hasta entonces tanto la Comunidad Valenciana como Castilla y León continúan en la fase 2 de desescalada, mientras que Cuenca y Guadalajara ya están en la fase 3. Sin embargo, la movilidad entre comunidades autónomas no será posible hasta, al menos, el 21 de junio, fecha en la que previsiblemente finalizará el estado de alarma. Finalmente, la apertura de las fronteras a partir del 1 de julio posibilitará la presencia de peregrinos extranjeros.

La segunda gran preocupación se refiere a la disponibilidad de alojamientos en la ruta. Los establecimientos privados tomarán sus propias decisiones para la reapertura, de acuerdo con los criterios de límite de aforo, distanciamiento y desinfección, porque a fin de cuentas viven de eso. Sin embargo, es de esperar que los alojamientos públicos, principalmente municipales, tarden más tiempo en abrir, y más ante la regulación cambiante que ahora estará en manos de las autonomías. Incluso es probable que muchos de ellos permanezcan cerrados hasta final de año.

De todas formas, al no ser una ruta muy concurrida, la apertura de los alojamientos en el Camino de la Lana desde Valencia no se hará en función del tránsito de peregrinos, sino más bien por la demanda turística estival. Otra cosa es a partir de Burgos, donde la gran infraestructura existente gracias al Camino Francés deberá adaptarse a la reducción drástica de la cantidad de peregrinos en ruta. A medida que pase el tiempo y se vea la afluencia real, la oferta de alojamientos disponibles debería irse ajustando a la demanda.

En cualquier caso, debe primar la prudencia, la responsabilidad y el sentido común, tanto en la decisión de echarse al Camino como en la actitud a tomar una vez en él. A fin de cuentas, el Camino va a seguir ahí cuando todo esto pase.

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